Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el espíritu? ¿Sufrir los dardos y golpes del destino o tomar las armas contra un mar de angustias y terminar con ellas combatiéndolas? ¿Quién soportará los azotes, los escarnios del mundo, la injusticia del opresor? Hay dilemas que ponen en juego al ser. Las opciones son todo o nada, blanco o negro, ser o no ser. No se puede ser de una manera y actuar de una manera distinta a lo que uno es ¿O no? ¿Quién soportará la afrenta del oberbio, las angustias del amor desairado? Nos ahogamos en la pregunta “¿Qué hago?”, pero pocos se animan a la pregunta “¿Quién Soy?”. Y ahí está el partido muchachos, en el ser, no se puede ser de una sola manera, no es blanco o negro, es gris, es contradictorio, se quiere una cosa y se quiere otra. ¿Quién querría llevar cargas, gemir y transpirar bajo una vida por demás tediosa? Porque hay gente que elige el camino más largo, más difícil, más tedioso, y otros que eligen el atajo. Hay gente que les gusta comer fast food y a otros que nos gusta cocinar durante horas ¿Y eso por qué? La respuesta es porque somos así, está en el ser. Ser o no ser, esa es la cuestión.
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