Una revolución es algo que de un momento al otro invierte el orden de las cosas. La revolución es una necesidad profunda de revertir una injusticia. Hay muchas revoluciones, pero ninguna moviliza tanto como la revolución del amor. La revolución del amor se siente en la piel, en el sudor, en la respiración va de adentro hacia afuera, irrefrenable, imbatible. El amor es una revolución contra la tiranía de la soledad. El amor es liberación. Es la bandera roja que se eleva flameando en una calle gris. Revolución, revelación, suenan parecido porque significan lo mismo. El amor puede crear un lenguaje nuevo entre dos personas que hablan diferente idioma. Cuando el amor es revolución solo queda rendirse, no hay cárcel capaz de encerrarlo. Debemos aceptar que estamos rodeados y que nada va a poder detenerlo. Una vez que llegó la revolución del amor ya nada será lo mismo. Cumplí mi misión, soy otra, soy lo que quiero, y aprendí a luchar por eso. Hoy sigo mi viaje sabiendo tres cosas: No hay tiempo, no todo es lo que parece, y que el amor es la más creativa de todas todas las revoluciones.
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