Ella y Él.

Ella lo ve por primera vez en el negocio que él trabaja.
Le explota el corazón ante tanta belleza.
Vuelve, cada día, y espera sentada al lado del lugar sólo para verlo. Simplemente eso la hace feliz.
El día que él le habla por primera vez, es para pedrile prestado el encendedor.
Cuando se lo da, se miran a lo ojos.
El mundo se detiene.
Y se quedan a una corta distancia, compartiendo el momento, sin hablar.
A partir de ahi, todos los días pasa igual.
Y en eso se basa todo. En esos momentos.
Hasta que ella rompe esa perfecta rutina al preguntarle el nombre, se muere de ganas de saber todo de él.
Y hablan de todo.
Lentamente se conocen.
Pasan los días y cada vez se sienten más atrapados en su mundo.
Ella espera, ansiosa, el momento de ir. Se pregunta si él piensa en ella. Si él se siente también tan lleno cuando estan juntos.
Lo ama. Ella lo sabe.
Pero un día él no esta. Y en su lugar hay un encendedor rojo con una inscripción que dice "¿deberiamos?"
Espera a que salga del trabajo, con una sonrisa en los labios.
Cuando él viene y se sienta a su lado, ninguno habla.
Ella lo abraza y él le corresponde.
Aunque ella no dice nada, él sabe la respuesta.
Porque así empezó todo, entendiéndose en silencio.