—Pero yo no quiero andar entre locos — observó Alicia.—Oh, no puedes evitar eso —dijo el Gato—.Todos estamos locos aquí. Yo estoy loco. Tú estás loca.
—¿Cómo sabes que estoy loca? —preguntó Alicia.
—Tienes que estarlo —dijo el Gato—, o no habrías venido aquí.
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