What if I say I'm not like the others?

Puedes fingir que no te importa. Puedes engañar al mundo entero. Pero yo sé que no es así.

You´re making through the pain.



- Quiero que me beses bajo la lluvia -

Samy miró a Joe.
Se odiaban, pero a la vez se amaban.
Aquel primer día de instituto, en la sala de castigos, se habían
hechado una mirada furtiva bajo la atenta mirada del profesor que
se encarga de comprobar como los alumnos sufrían la penitencia
de estar sentados tres horas seguidas sin moverse y sin hacer nada en absoluto.
Ese día era viernes, afuera la lluvia caía y la tristeza se apoderaba del corazón de Joe.
Allí, relegado en la última fila de la clase de literatura, miraba furtivamente a Samy.
Era tan guapo.... era tan hermoso...
Su pelo castaño cobrizo brillaba en aquella mañana gris,
sus ojos miel centelleaban en un rostro de niño de anuncio,
su jersey de rayas azules se entallaba perfectamente a su torso
estrecho pero marcado a la vez.
Joe se volvió cuando Samy levantó la cabeza y lo volvió a mirar.
Agachó la cabeza, haciendo que leía la lección y cuando vio que
Samy volvía a perder la vista en la calle arrancó una hoja de
papel del cuaderno y escribió con caligrafía mala y rápida:
"Quiero que me beses bajo la lluvia".
Le tiró la nota de papel y la campana sonó.
Todo el colegio se empezó a vaciar, en la entrada quedaban unos pocos alumnos.
Cuando Samy bajó las escaleras a toda prisa tenía los puños
tensos, no sabía si pegarle un puñetazo a ese idiota de Joe
o besarlo con fuerza ya que era lo que más deseaba desde que
se habían conocido en aquella sala de castigos.
Allí encontró a Joe, con las manos metidas en los bolsillos
de sus vaqueros, la vista al frente y la sonrisa más hermosa que había visto nunca.
Samy, por primera vez en aquellos largos cuatro meses, curvó los
labios a modo de sonrisa, caminó con pasos rápidos hacia Joe y Joe hizo lo propio hacia Samy.
Cuando estuvieron frente a frente Samy, que era el tipo duro,
empujó a Joe contra una pared y lo abrazó.
Y allí, bajo la lluvia, le dio el beso más dulce que le habían dado nunca.
Y nunca más tiró a la basura aquella nota que simplemente decía:
"Quiero que me beses bajo la lluvia."

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