Porque ceder fue siempre tu costumbre.
Y no podés evitarlo ni queriendo.
Ceder a todo lo que querés, por vergüenza, por falta de carácter
O simplemente porque no crees tener la fuerza necesaria.
Y un día vas a quebrarte, y tomarlo todo por la fuerza.
Porque en realidad sí tenes lo que hace falta.
Y el silencio te consume.
Por fin tenés lo que querés.
Por fin tenés lo que querés.
Y el ruido te corrompe.
Por fin es tuyo.
Por fin es tuyo.
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