- ¿Estuviste muy ocupada los últimos meses no? Ocupada armando ese mundo perfecto con el que soñabas siempre. Pero tengo malas noticias para darte. Están golpeando el muro y lo van a derribar.
- Seguís siendo tan soñador y tan iluso como siempre.
- No, en algunas cosas cambie, la ilusión la perdí por ejemplo. La verdad tengo que felicitarte por que lo hiciste muy, pero muy bien. Claro que cometiste algunos errores.
- ¿A si, como cuáles? - No advertiste que el arma que utilizas para sojuzgar y someter a la gente se te puede volver en contra.
- ¿Cuál arma?.
- El miedo. El miedo que utilizas para mantener el rebaño dentro del corral, o sea dentro del muro. Y te empeñas y fomentas el miedo, pero en algún momento el rebaño se va a rebelar. Podes aterrarlos, paralizarlos, atontarlos, hasta anestesiarlos, pero por un tiempo. Hay un momento en que empiezan a despertarse, porque el miedo es antónimo de vida y simplemente no se puede vivir con miedo. El miedo es un arma muy poderosa, y vos los sabes muy bien, pero ahora el miedo se te está volviendo en contra, ellos están golpeando el muro. En algún momento tienen que rebelarse contra el miedo. Utilizan la fuerza del miedo para combatirlo ¿No te da miedo?
- Vos no me conoces.
- Si, yo te conozco muy bien. Vos sos aquella a la que le gustaba Da Vinci ¿No? Sí, me acuerdo todavía aquella primera vez que viste un Da Vinci, querías tenerlos todos ¿Y los tuviste no? ¿Sabes que decía Da Vinci? “Aquellos que más tienen, más miedo tienen a perderlo”. Pero cuando ya perdiste todo ¿Qué miedo vas a tener? Ellos ya perdieron todo, no tienen miedo.
- El miedo es un buen concejero. No sirven de nada los temerarios. Vos lo sabes, yo lo sé, por eso me acerque a vos.
- Yo me acerque a vos, y fíjate la paradoja, vos te alejaste de mí por miedo, y ahora ellos pierden el miedo y se acercan a vos. No son solo los de afuera los que golpean el muro, también los de adentro, los de tus filas. Están perdiendo el miedo, están golpeando. Están golpeando el muro desde adentro y desde afuera. Se están sacudiendo el miedo, se están despertando. Se están animando a pinchar la burbuja, como vos ¿Te acordas de tu miedo, de tu burbuja, de tu sótano? ¿Te acordas que hiciste cuando te rebelaste? La revolución está afuera, pero también está adentro. - Vos no sabes nada.
- Yo sé que ellos perdieron el miedo ¿y sabes qué pasa cuando uno pierde el miedo? Recupera la racionalidad. Entonces uno puede ver, y cuando uno puede ver puede descubrir la verdad. Todos, todos ellos están cerca de la verdad. Ahora vas a hacer todo lo que ella te pida, vas a beber tu propia medicina. A ver si el miedo a que descubra la verdad te hace despertar de una buena vez. El miedo paraliza, pero cuando nos sentimos acorralados no queda otra que rebelarnos. Alguien está golpeando el muro. Es la vida.
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